NUESTRA HISTORIA
La historia de Extintoralia: un legado familiar de protección
Corrían los años 90 cuando Antonio, un apasionado técnico especializado en sistemas contra incendios, decidió fundar un pequeño taller familiar en Barcelona. Con más de una década de experiencia a sus espaldas y un compromiso inquebrantable por la seguridad, dio vida a Extintoralia, un nombre que, con el tiempo, se convertiría en sinónimo de confianza.
Desde el principio, Antonio no caminó solo. A su lado estaban sus dos hijos, Javier y Carlos, adolescentes por entonces, que crecieron entre extintores, herramientas y olor a taller. Aprendieron desde pequeños el valor del trabajo bien hecho, la importancia de cumplir la normativa y el respeto por cada cliente que cruzaba la puerta.
Los Inicios de un Sueño
Esta fotografía tomada en 1995 captura los inicios de una historia familiar. En ella aparecen Antonio Gómez, fundador de Extintoralia, junto a sus hijos Javier y Carlos Gómez, entonces adolescentes. Vestidos con monos rojos y cascos de seguridad, posan con orgullo en su primer taller, bajo el cartel artesanal de la empresa que cambiaría sus vidas.
Antonio, técnico en sistemas contra incendios, fundó Extintoralia con la idea clara de proteger lo esencial: hogares, negocios y vidas. Con esfuerzo, herramientas básicas y una ética de trabajo intachable, enseñó a sus hijos no solo el oficio, sino los valores que definen a la empresa.
Javier y Carlos crecieron entre extintores, tornillos y clientes, aprendiendo desde jóvenes que el trabajo bien hecho es la base de cualquier legado. Esta imagen no solo refleja un momento: simboliza el inicio de una empresa familiar que hoy es sinónimo de confianza en toda Barcelona.
El Presente de una Visión Compartida
Han pasado más de 25 años desde aquella primera foto en el taller, y hoy los hermanos Javier y Carlos Gómez vuelven a posar juntos, esta vez ya como directores de una empresa consolidada. Con el tiempo, dejaron de ser los aprendices del padre para convertirse en los responsables de llevar Extintoralia al siguiente nivel.
La imagen, capturada en sus oficinas centrales de Barcelona, refleja ese cambio: del entorno industrial al espacio moderno, del cartel pintado a mano al logotipo corporativo actual. Vestidos con el mismo uniforme rojo, pero con la experiencia y la confianza que dan los años, los hermanos se mantienen fieles a los principios que les inculcó su padre: cercanía, honestidad y excelencia técnica.
Hoy Extintoralia ofrece servicios integrales de protección contra incendios: mantenimiento de extintores, ingeniería PCI, instalación de señalización, grupos de presión y mucho más. Atienden tanto a comunidades de vecinos como a grandes empresas, con una infraestructura digitalizada y un equipo humano formado y certificado.
Esta imagen no solo muestra a dos hermanos trabajando juntos. Representa la consolidación de una empresa familiar que ha sabido evolucionar sin perder su esencia, adaptándose a las nuevas normativas, tecnologías y necesidades de sus clientes.
Javier y Carlos no solo han continuado el sueño de su padre, lo han transformado en una empresa de referencia en Barcelona, sin olvidar nunca de dónde vienen.
De un pequeño taller a una empresa de referencia
Javier y Carlos no solo han continuado el sueño de su padre. Lo han perfeccionado, profesionalizado y adaptado a los nuevos tiempos, sin renunciar jamás a los valores con los que fueron educados: trabajo bien hecho, cercanía con el cliente y compromiso con la seguridad.
Bajo su liderazgo, Extintoralia ha pasado de ser un pequeño taller familiar a convertirse en una empresa de referencia en Barcelona, respetada por su experiencia, por su conocimiento técnico y por su trato humano. Han sabido incorporar las últimas tecnologías, ampliar los servicios y formar a un equipo de profesionales que comparte la misma pasión por proteger lo importante.
Hoy en día, Extintoralia atiende a centenares de comunidades de vecinos, negocios y grandes empresas, ofreciendo soluciones personalizadas y cumplimiento estricto de la normativa vigente (RIPCI/RD 513/2017). Cada extintor que revisan, cada sistema que instalan, cada llamada que atienden, lleva impreso el legado de una familia que decidió dedicar su vida a cuidar de los demás.
Y mientras miran hacia el futuro, ya piensan en las nuevas generaciones, en cómo seguir creciendo sin perder la esencia. Porque Extintoralia no es solo una empresa. Es una historia de familia, esfuerzo y continuidad. Es la prueba de que cuando se trabaja con corazón, el fuego no solo se combate… también se transmite.
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